No sé si la noticia del asesinato de Olaya me produjo más tristeza o ira; lo cierto es que destrocé el cristal de la mesita de un puñetazo.
No me fue difícil imaginar a Isabel siguiéndome, malherida, entre las sombras hasta casa de Olaya. Y observándonos desde el ventanal hasta que la chica salió hacía su trabajo, momento en que la asaltó sin piedad. Se la había servido en bandeja a aquella cabrona.
Llamé a Óscar, mi último amigo dentro del cuerpo de policía, necesitaba reconocer el cadáver.
- Ya sabes que no hay problemas pero espera a que termine el forense. Al parecer el asesino ha hecho una buena escabechina y tiene para un rato.
- Era amiga mia.
- Lo siento, Pardo.
Sentí un escalofrío al imaginar a Olaya tendida en la mesa de autopsias, rodeada de toda clase de siniestro instrumental. Era una de las personas más vivas de cuantas había conocido y no era justo que la hubieran despachado de un modo tan cruento. Alguien lo iba a pagar, eso seguro.
Es cierto que desde que me expulsaron del cuerpo me he vuelto muy irascible. Me dieron ganas de atizarme un lingotazo que me templara los nervios pero decidí que era preferible adelantar trabajo. Hacía un día soleado que me protegería de la vampiro.
Fui a visitar a Iván. Su jefe me dijo que estaría en la Facultad, trabajando en su tesis. Dirigí mis pasos al edificio de la Facultad de Biológicas. Localicé a Iván en un laboratorio de la segunda planta, rodeado de ratones, conejos y otras especies de animales, todos albinos.
- Anoche tuve un encuentro inesperado.
- Han sido rápidos. No esperábamos que tardaran tan poco en localizarte- contestó sin levantar la vista de una lente de aumento que hacía aún más repugnantes las muestras de larvas que estudiaba.
- ¿Qué esperabais? ¿Localizarme?- grité mientras le propinaba un empujón que provocó un cataclismo de matraces y probetas. Definitivamente, estaba muy cabreado.- ¿Te crees que soy un puto conejo de Indias? ¡Esta noche ha muerto una amiga mía!
- Mira, Pardo, entiendo por lo que estás pasando. Ahora, si te calmas te podremos explicar algunas cosas.
- Ya me estás tocando los cojones con tanto plural mayestático ¿quiénes podéis explicarme?
- La Causa del Perpetuo Amanecer. Esta tarde tenemos Consejo. Sería un honor que nos acompañaras.